

En esta aventura investigativa que ha significado Escuelas y Trenes entrevisté/encuesté (en forma directa o con la colaboración de maestros y profesores amigos) a 100 gurises de primaria y a 100 de secundaria.
Las preguntas eran sencillas:
¿Sabés qué es un tren? Si, respondió prácticamente el 100% .
¿Has visto uno en vivo y en directo? Sí, contestó el 30%.
¿Has subido o viajado en tren? Si, contestó el 10%
Pero lo más notable fue la respuesta a la última pregunta:
¿Te han regalado o has pedido que te regalen un tren? Y las respuestas afirmativas fueron sólo 3, o sea un 1,5% del total.
Datos ciertos o imaginarios me llevaron a rememorar cuando mi generación (y tantas anteriores) soñábamos silbatos, maniobras y detenciones de trenes en el seguro recinto de nuestros dormitorios.
Y de la felicidad por el trencito de madera...y ni hablar si era de chapa, con vivos colores...Y ni hablar cuando teníamos la oportunidad de ver esos eléctricos que parecían reales.
Todo evoluciona y está bien que así sea pero, a mí y seguramente a muchos de mi generación nos da pena que a papá Noel los gurises ya no le pidan trencitos de juguete.