Mansilla: La estación ferroviaria epicentro de encuentros sociales


El estación era “el centro social de Mansilla” nos dice Carlos Restaino en una larga entrevista. “Ir a
esperar el tren de Buenos Aires era un paseo extraordinario”. En su libro “Ayer nomás” nos cuenta que décadas atrás, la vida en Gobernador Mansill
sedesenvolvía serena y placentera, diría agradablemente monótona. Los lugares de esparcimiento no eran muchos, pero uno de los
principales era la estación ferroviaria que no solo era generadora de trabajo; sino también
epicentro de encuentros sociales y la cita obligada: la espera del tren de Buenos Aires.Cuando la campana, colgada bajo la galería del andén anunciaba con estridentes tañi
dos que el tren había partido de la estación Desvío Clé, el sonoro vibrar del bronce parecía invitar a la población a los encuentros cotidianos para recibir al devorador de distancias, que venía de la gran urbe capitalina: Buenos Aires. Como obedeciendo a la invitación el andén se iba poblando de gente vocinguera que esperaba la llegada y la salida del anunciado tren.
Muchos aprovechaban el tiempo haciendo relaciones públicas; los hombres, en charla amena
comentaban los acontecimientos pueblerinos o se trenzaban en amistosas discusiones sobre temas de la época. Mientras tanto, los jóvenes hablaban de fútbol o programaban alguna divertida parranda o una serenata. Otros, caminaban a lo largo del andén al solo fin de cruzarse con las jovencitas que en grupos venían en sentido opuesto, ocasión que aprovechaban los galanes para piropearlas o mirarlas en forma insinuante y hacerles un guiño provocador que diera pie a un futuro romance. En cuanto a las parejas de novios, se las veía paseando tomadas de la mano en un constante ir y venir por el andén, y en cuanto podían aprovechaban cualquier circunstancia favorable para, a escondidas, prodigarse un beso en tierno arrumaco justo cuando la mamá parloteaba con la ocasional vecina. Mientras tanto los niños
jugaban subiendo y bajando del andén o caminando sobre los rieles.
Lindas épocas…pienso…y así era en cada una de las estaciones de nuevo departamento…cuantos “romances puebleros” habrán nacido en esas recorridas pendulares del andén…